Descubrimiento de la mina de santa Bárbara

Hecho precursor del descubrimiento de la mina de Santa Bárbara.

Estaba celebrándose en Huamanga la fiesta del Corpus Christi, conmemorando aquella misa que ocurrió en Bolsena (Italia) en donde la hostia que rompió un sacerdote allá por el año 1263, brotó sangre, lo que dio inicio a esta fiesta litúrgica.Habían corrido ya sesenta días después del Domingo de Resurrección y ese jueves de 1563 se llevaba a cabo la procesión en la que Amador de Cabrera, dueño por matrimonio de la encomendería heredada por su mujer en Angaraes, llevaba la custodia de la Hostia Consagrada.A fin de evitar incomodidades, Cabrera entrego su sombrero a un “indezuelo” que resultaba ser hijo de su curaca de Chachas que después pasó a ser parte de Acoria. Ceñía la copa de dicha prenda un cordoncillo ricamente guarnecido, cuenta el cronista Montesinos, que el muchacho distraído con las danzas y el bullicio, o perdió o le hurtaron el sombrero. El curaca, Gonzalo Ñavincopa, natural de Conaica, preocupado con el posible fastidio de su “encomendero” acudió temprano a la mañana siguiente al encuentro de Cabrera para resarcir de alguna manera la ligereza de su hijo. Conocedor de la búsqueda de una sustancia de parte de los españoles, especialmente de Garcés y Contreras, por los alrededores del hoy Ayacucho y Huancavelica, él le dijo que lo pondría en ruta al lugar donde se encontraba el Cinabrio, leguas más arriba de Acoria, en las alturas del río Siquisichaca. Un hecho fortuito como este, fue la razón para que Amador de Cabrera registrará en Huamanga el descubrimiento y propiedad de la Mina de Azogue llamada en primera instancia “De Todos los Santos” y que después se rebautizó como MINA DE SANTA BÁRBARA, Publicado por: Federico Salas Guevara.

Fotografía: Rocas mineralizadas de Cinabrio en los alrededores de Santa Bárbara. (Walter H. Wust/ Bee Creative SAC)

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