Antiguo Horno Colonial, procesador de Azogue

Tadeas Haenke, en una síntesis muy ilustrativa describe el método de amalgamación del azogue, que se practicó con pocas variables  desde la época del virrey Toledo hasta esos días:

«Los metales, oro y plata,  se muelen y amalgaman a un tiempo, para lo cual se po­ nen ya preparados en los trapiches o máqui­nas de moler. Estos se llaman ‘Bimbaletes ‘ o ‘Chimbaletes’, se componen de una gran piedra redonda enterrada en el suelo, sobre la cual descansa otra igual colocada libre­mente. Tiene la inferior una canalización y al medio de la de encima hay dos agujeros, por donde entran dos palos que sujetan a un madero, sobre el cual se apoya el operario y da movimiento al madero hacia uno y otro lado, con cuya operación se logra el beneficio, quedando formada la pella en el canalizo.

«Llegada la amalgama a su estado de perfección, se llevan las masas del buitrón a las lavas en unos cueros afirmados a cuatro palos que llaman ‘parihuana ‘. Allí se ponen en unas pilas, donde cae el agua en uno o varios chorros y dándole movimiento al lodo o pasta, va llevándose el agua la tierra o partículas extrañas que contiene, pasándola a otros depósitos inferiores, en donde las remue­ven con los pies los operarios, y de allí pasan del mismo modo a otras pilas, hasta que al fin queda la pasta compues­ta de azogue y plata que se amalgama. A la pila en que esta se coloca se le llama, lavadero.

«Para separar después el azogue de la plata, hay un hor­no semi cilíndrico, abierto por arriba y por un lado con su reja de hierro y por debajo una cavidad, donde hay una caperuza o campana conica de barro, llena de agua, con una espita en el fondo y está apoya sobre un canal de madera que va a dar a una bacinilla de barro barnizado.

«La operación es esta: ponen la piña sobre la hornilla, la tapan con una campana de barro de dos tercios de alto y nueve pulgadas de diámetro; la vasija se enloda en el fondo de la hornilla, de manera que no entre nada por la concavi­dad que forman ella y la campana; enlodada la base donde se puso la piña, la cubren con combustible de moñiga; el fuego penetra dentro de la campana, eleva el azogue y este se precipita a la vasija que hay debajo con el depósito del agua; y así el azogue sale en gotas y por el cual que se dijo, va a depositar en la bacinilla y queda la plata pura. Antes de poner la piña se hace la operación de la pella: para esta se mete la amalgama lavada en una manga de lienzo, cónica, la aprietan y sale el azogue y la figura que da la manga».

Lo extraído de 853 minas durante estos años servía para atender la demanda de azogue en toda la colonia. Del total de minas, 784 eran de plata y 69 de oro, existían 399 ingenios para beneficiar plata y 121 piruros o chimbo­letes para oro. En el aspecto de salubridad debemos mencionar que las partículas de azogue que se introducía por la planta de los pies en los ensayos por crudo, causaban parálisis, esputos sanguíneos y cólicos en los operarios.

Extracto del Libro Historia de Huancavelica, Tomo I. Autor : Federico Salas Guevara.

Fotografía: Jorge Luis Salas Guevara.
Fotografía: Jorge Luis Salas Guevara.

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