Remontándonos al año 1931, la historia recurre a los recuerdos de don Félix Ñañez Fernandez, quien cuenta que en las celebraciones de fiestas y novenas, los muchachos de entonces solían, en un acto de picardía, prender con un imperdible los ponchos de los varones con las faldas de las mujeres, hecho que motivó que en estas fiestas se separaran, a un sexo del otro, a fin de evitar las risas y los desmanes entre los jóvenes, situación que perturbaba el espíritu religioso de las novenas que se realizan previas a las celebraciones de la Semana Santa.
Extracto del libro Historia de Huancavelica tomo II página 97. Autor: Federico Salas Guevara.
