La apacible ciudad de Huancavelica se vio conmocionada por las reacciones populares denominadas por la historia, de la «Coalición».
En esta época, los pierolistas asestaron golpes combinados y decisivos a los núcleos militares preponderantes en los gobiernos de entonces. Hicieron las últimas resistencias en los departamentos de Junín y Huancavelica, los coroneles Cabrera, Patiño y Quimper, honrando así las conviccciones del credo político que patrocinara el Partido Constitucional fundado por Cáceres, que dejaba la silla de Palacio a Don Nicolás de Piérola, cuya causa triunfaba.
Por una equivocación, los pierolistas confundieron la casa del coronel Tomás Patiño con la de su primo, Mariano Patiño Paul, la cual en grave error, quemaron, reduciéndola a escombros. La casa quedaba en la recta del antiguo mercado, en la calle que está a espaldas del antiguo palacio consistorial, llamada hoy Victoria Garma.
En las imágenes: a la izquierda la entrada de Piérola a Lima y a la derecha la foto de Cáceres después de un segundo gobierno totalmente desgastado.
Interesante rescatar que dos escenarios de la historia del Perú ingresan a Lima a caballo, uno es el ingreso de Piérola y el otro es la Cabalgata de los Andes de los Huancavelicanos.
