Castrovirreyna en la historia

Ahí parecería se encontró al hombre más primitivo de Huancavelica, gracias a los hallazgos de Matos Mendieta y Augusto Cardich en cuevas cercanas a las lagunas de Choclococha, Pacococha, Orcococha y San Francisco. Para los años 100 al 600 dC, la historia cita a los pueblos de Choclococha, Paturpampa y Seqsachaca, en vinculaciones con la Cultura Paracas. Ya para 1470 dC. “Los Chucurbos”, que deben su nombre a su primitivo jefe estaban convertidos en una cultura floreciente, ocupando gran parte de Castrovirreina. Los gobernantes que destacaron fueron Asto Ccapac en su apogeo y Tucsi Oscco en su decaimiento (1200 – 1470 dC.) Durante la colonia, tanto “Guachos” como Chocorvos pertenecieron al encomendero Crisóstomo de Untiveros; y Guaytará a Francisco de Cárdenas. Es en 1562 que se descubren las minas de “Hatunsuya”, en tierra de los Chucurbos.
Para 1592, el auge minero de Choclococha ya tenía 2100 mitayos obligó a nombrar un corregidor, recayendo el cargo en Pedro Córdova Messía. Tal era la abundancia de mineral que le enviaron al Rey de España quince piñas de plata cuyo valor de entonces era de 1368 pesos. Entusiasmado Felipe II Confirmó por Real cédula del 8 de Noviembre de 1593 la fundación de Castrovirreyna, una “Ciudad de Españoles”. Este último título obtenido el 8 de agosto de 1594. Guamán Poma de Ayala dijo por estos años que la ciudad era llamada Coyca Pallca en la jurisdicción de los indios “Cirues”.

LEYENDA: Según la leyenda se dice que aproximadamente en los años de 1590 a 1600 se creó la ciudad de Castrovirreyna. Cuando una mañana en el palacio del Virrey Don García Hurtado de Mendoza presentándose un indio en el patio del palacio, seguido de varias llamas cargadas de barras, de plata, solicitando la merced de hablar con la virreina. Acogió le ella con su genial bondad, y el indio después de obligarla a aceptar, como si fuesen bizcochuelos, las consabidas barras y excusarse por la mezquindad del agasajo, le pidió que sacase de pila una hija que en su pueblo le había nacido. Doña Teresa, por más honrar al compadre, «no quiso conferir poder para que otra persona la representase como madrina y prometió que antes de quince días se pondría en camino para la sierra. Loco de orgullo y de gusto salió el indio de palacio y sin pérdida de tiempo regreso a su hogar para preparar un recibimiento digno de comadre de tanto fuste.
Cinco o seis semanas después Doña Teresa de Castro, con varias señoras de Lima. un respetable oidor de la audiencia, tres capellanes, gran séquito de hidalgos y cincuenta soldados de a caballo hacía su entrada en el miserable pueblecito del indio. Éste había tapizado con barras de plata el espacio que mediaba entre el sitio donde se apeó la virreina y la puerta de su choza.
Al siguiente día tuvo efecto la ceremonia bautismal y la formación de una nueva villa, llamada Castrovirreyna en honor a la virreina Teresa de Castro. La nueva villa progresó mucho con la abierta protección que le dispensara el virrey D. García quien para impulsar el laboreo de las minas concedió dos mil mitayos o peones.

Extractos muy resumidos del libro Historia de Huancavelica. Autor: Federico Salas Guevara.


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