La doña que vive en el paraje verde, por donde recorre el divino riachuelo, partiendo a tres a su huerta de sacha coles, chalita cebolla y ajenjo, muy orgullosa y chachila chachila, (chachila decimos nosotros a la coqueta), en la puerta del despacho de WARAYUQ mayor, al sentirse agraviada por un descarriado espaldero, dijo. – Pues ya saben las hierbas: MARAYSIRACHA, WAKATAYCHA, CHIKCHINPAYCHA, PAYQUCHA y otras más MISKI ASNAPAKUNA, también el machazo MUKURU UCHUCHA, que mi sagrada MUCHKACHA y su loco QULLUTACHA, muelen bien LLIWAY LLIWAYCHA hasta hacer polvo sus huesos; porque fueron desenterrados y trasladados desde el timido QINTILMACHAY, por el atrevido tatarabuelo del padre de mi papá y, por si acaso, también son eficaces para triturar las puntitas venenosas de las malas lenguas, que andan por las puras, RUNAMASINPA KAWSAYNINMANTA YANQA MISKICHISTIN; RUNAMASINTA YANQA SIPISTIN… KURKUYKACHATISTIN…
Texto y Fotografía: Martín Gonzales Taipe

