Lamparas de uso rural

En tiempos idos abundaban los manantiales de agüita pura. En esos ecológicos tiempos, las noches; a veces sí, a veces no, se tornaban en draconianas, pues el búho ululaba anunciando la aproximación de la parca; entonces, para ahuyentar los malos designios, teníamos que transitar con nuestras lámparas. La lámpara a kerosene para la casa, las lámparas a carburo para recorrer los vericuetos caminos. Ahhh… la lámpara chiquitita de color rojo nos obsequió un viejo minero a cambio le entregamos dos pellejos lanudos. De noche en el campo hacíamos competencia con los NINAKURUCHAKUNA, nuestras lámparas o ellos iluminaban más, pues ellos nos ganaban, porque sus luces eran interminables.

Texto y fotografía: Martín Gonzales Taipe.

Deja un comentario