REMEMBRANZAS HUANCAVELICANAS DE 1930
La apacible ciudad de Huancavelica con alrededor de 5000 habitantes tenía por entonces algunas de sus calles empedradas, ligeramente en declive hacia el centro, donde corría una acequia en calidad de alcantarillado. No había aún Luz y las casas tenían la obligación de colgar un farolito de hojalata a las 6.30 de la tarde, para que Tomás, el vigilante municipal pasara y los encendiera al grito de “Farol, Farol”. Algunos de mis amigos de Facebook encontrarán a sus antepasados en esta breve descripción de los pocos establecimientos comerciales de entonces: La tienda “La jardinera” de don Salomón Atala, estaba en la Plaza de Armas. En la calle Pardo se encontraba la oficina del Escribano don Donato A. Molina y en la plazoleta de Santo Domingo se encontraba la compradora de lana, doña Romualda Molina viuda de Pérez; Existía el Depósito de aguardientes del señor Samuel Castillo V, el establecimiento comercial “La Villa de Oropesa” del señor Miguel G Sarmiento; la sombrerería “La Popular” de don Julio Pareja; la casa comercial de don Norberto Cuadros, la tienda de aguardientes de don Edmundo E. del Pino S. en la calle Alfonso Ugarte; la sastrería del señor Vidal Choroco en la calle Aurora; el escribano don Arturo V. Oviedo; el restaurante “La Cabañita” de don Guillermo Pineda; el agente de radios “Philips”, señor A. Calle G; la tienda de abarrotes y ferretería de don Eduardo Camacho, que existía desde 1916 y en la calle Zúñiga se encontraba el restaurante “Las Delicias” de la señora Amelia Castellares .
Extractos del libro Historia de Huancavelica. Autor Federico Salas Guevara.
