La Noche de Acostambo
Segunda anécdota:
AL DIA SIGUIENTE TODOS ESTUVIERON EN LA PARTIDA !
Al término del segundo día de la cabalgata ya teníamos ampollas en los pies y en las nalgas. Estábamos en Acostambo y ya habíamos recibido la amenaza de un atentado al día siguiente si decidíamos proseguir camino a Huancayo.
Terminada la agradable parrillada ofrecida por el Alcalde de Acostambo, Marino Mescua decidí hablar con el grupo, preocupado por los acontecimientos que podían presentarse:
.- hasta hoy hemos transitado por territorio huancavelicano, hemos recibido apoyo, alimento para nosotros y nuestros caballos, nuestros paisanos nos han dado las fuerzas que necesitamos, pero mañana ya no estaremos en nuestros terrenos, mañana ya no sabemos como nos van a tratar, no tenemos dinero para solventar nuestros alimentos ni el de los caballos, no sabemos si alguien querrá ayudarnos. Eso es claro y deben saberlo.
Añadí después
– No podré garantizar nada, solo llevo este billete de cien soles en el bolsillo (Lo mostré), por tanto, el que crea que esto es una equivocación, este es el momento de regresar a Huancavelica y nadie le reclamará nada…
Al iniciar la marcha hacia Huancayo después de herrar y ajustar herrajes a los caballos en la madrugada siguiente, no pude retener unas lágrimas, por el ejemplo que esos valientes hombres me daban…
Todos estuvieron en la partida y gritaron:
– Vamos a Lima, HUANCAVELICA QARI !