Octavo día de la Cabalgata de los Andes 09 de setiembre de 1997

9 de SetiembreOctavo día de la Cabalgata

Cuarenta kilómetros más y estarían en Lima. A las tres de la madrugada, el alcalde Salas despertó a todos personalmente, impartió las últimas instrucciones, alentó a los cabalgantes, reconociendo en todos el valor y coraje y los exhortó a modo de arenga, a sellar con broche de oro la última etapa del generoso sacrificio ofrecido en bien del futuro histórico de la querida tierra, Huancavelica.

Ya tenían preparados sus caballos para el último tramo José Salazar Crispín, Juan Esteban Ccora, Espíritu Asto Taipe, ellos como, Epifanio Ccanto Solano y Venancio Alanya Sinche sentían que solo los grandes hombres, son capaces de realizar grandes hazañas.

Desde temprana hora de la madrugada, de varios ómnibus que venían de la tierra, se bajaban dirigentes campesinos, parientes, autoridades municipales, artistas que fueron engrosando significativamente el número de huancavelicanos comprometidos con su tierra. Vestidos a su usanza, embajadores de la otrora villa Rica de Oropesa, representantes de los más olvidados. Todos a una sola voz,  “Huancavelica Qari”           “ Vamos a Lima”. Los caballos parecían comprender el entusiasmo, se agitaban nerviosos y daban lo mejor de sí, los danzantes de tijeras, con el entusiasmo de Alfonso Zuaznábar a la cabeza, bailaban kilómetros seguidos, los músicos no se cansaban de tocar, alcaldes y regidores de todo el departamento, como Lisandro Arhuata, Ricardo Coronel, Jaime Yapuchura Ccanto,  los  residentes en Lima. profesionales, albañiles, profesores, hombres y mujeres, niños. No faltó nadie a la cita.

La gente lloraba, los periodistas los perseguían, los puentes peatonales en la carretera parecía que se desmoronarían por el peso de la gente que alentaba su paso. Lima toda se rendía de alegría y entusiasmo al paso de los cabalgantes.

Que orgullo para Severo Huamán Nateros, para Maxi Curi Huamaní, para Zózismo Paco Ccora, para Antonio Salazar Sedano, saber que su sacrificio no había sido en vano. La alegría que da fuerzas de esperanza, les quitó el cansancio de los días anteriores y erguidos entre vítores y aplausos recibían del pueblo asentado en la capital, la aprobación general.

Segundino Montes Taipe, en medio de la algarabía, pensó en su familia, por ellos lo estaba haciendo. Roberto Condor Ramos escucho en lo profundo de su alma, la voz de sus hijos, por ellos lo estaba haciendo. Antonio Enríquez Ramos, pensó en sus ancestros, por ellos lo estaba haciendo. Domingo Quispe Escobar pensó en las sacrificadas mujeres de su pueblo, por ellas lo estaba haciendo. Victor Ccente Asto, escuchó los aplausos y recordaba los tambores tocados por los alumnos en la escuela de su comunidad, por ellos lo estaba haciendo. Marín Soto Montes, sintió el sudor que sienten sus hermanos al labrar la tierra con sus chaquitacllas, por ellos lo estaba haciendo. Marino Olivera Salazar, pensó en Dios, por él lo estaba haciendo.

Las banderas de la reinvindicación flameaban al viento y desde sus caballos, Valentín Ortiz Arias y Melecio Benito Alanya, observaban la enorme multitud que los acompañaba. Dejaron resbalar las lágrimas que solo los mas duros, los mas aguerridos, los más sufridos, saben derramar.

Juan Poma Ccente, no sentía el dolor de sus heridas en los pies, Donato Ramos Huamán, no sentía calambres en las piernas, Albino Alanya Clemente, no sentía las heridas abiertas en sus nalgas. Alejandro Huarancca Vargas. No sentía que se le doblaba la espalda, Gabino Antonio García no sentía espasmos en los órganos interiores del cuerpo. Solo sentían que estaban a pocos pasos de la plaza de armas de Lima, Fin del Trayecto, inicio del reconocimiento a su pueblo.

Quien dijo que la pobreza no es noticia? Pareció preguntarse Benito Chávez Curasma mientras taconeaba a su caballo, mientras otro caballo cercano, el de Vicente Paytán Condori, relinchaba tan fuerte como los gritos de los que los acompañaban.

Ricardo Sánchez Quispe miraba asombrado los grandes edificios, Fortunato Huamán Arana conocía por primera vez un semáforo, Epifanio Carlos Ccente, se sorprendía de la enorme cantidad de automóviles, Eusebio Adriano Común, pensaba que conocería por primera vez el mar de la costa, Guillermo Crispín Taipe, soñaba con esos postes de iluminación para su tierra, Claudio Nateros Fernández, comparaba las casas construidas con material noble, a las de piedra y paja de su pueblo, Rosendo Damían Rojas se sorprendía del enorme comercio.

Y entraron a la plaza mayor, desde su caballo, Lorenzo Ccente Espinoza, observó jardines floridos que le impactaron por su belleza, sin siquiera saber que para mantener esas flores, se gasta al año, más presupuesto que el que recibe todo su departamento para atender sus necesidades. Santiago Ataypoma Gavilán, se impactó con el palacio de gobierno, sin sospechar que lo que se gasta allí, es cuatro veces mayor de lo que recibe su provincia para todo un año, y la catedral con su esplendor cautivó a  Máximo Taipe Escobar, sin saber que una sola reunión anual de obispos, cuesta tanto como todo el dinero que recibe su distrito para un año. Paulino Meneses Carbajal, no sospechó siquiera que en un restaurant fino de la capital, una persona gasta tanto en una sola comida, como lo que el percibe durante todo un año por su trabajo. Macedonio Condori Enríquez, miró al cielo gris, semi oscuro y dijo para sí, es más hermoso el cielo azul de mi tierra.

Pedro Gutierrez Taipe no estaba cansado, Como no lo estaba Juan Rojas, ni Martín Gonzáles, ni Botas, ni Rubén Sánchez, como no lo estaba ninguno, tanto que decidieron ponerse a correr alrededor de la plaza junto con el alcalde Salas, para demostrar al que todavía lo dudara, que ellos eran Hombres de Pura Sangre, sin saber aún, que el Presidente Fujimori, había huído al sur del país. El nos les daría audiencia.

Desde entonces, Huancavelica está en el corazón de todos los peruanos, Huancavelica es citada por todos los políticos cuando quieren hablar de pobreza y tratar de ganarse algo del pueblo pobre del Perú. Huancavelica ya no será más, un lugar desconocido. La cabalgata contra el hambre, recién ha comenzado.

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