Aguas termales de «San Cristobal»

AGUAS TERMALES DE SAN CRISTOBAL

La existencia de aguas termales se debe a rocas volcánicas que tienen brechas y derrames fracturados en donde predominan las aguas sulfatadas. Sin embargo en la medida que la subducción de la Placa de Nazca tiene menor ángulo, las aguas van presentando menores temperaturas que las que se dieron anteriormente. A ello se suman las aguas subterráneas superficiales infiltradas que migran por los poros de rocas permeables, fallas y fracturas.

Durante la Colonia hay varios informes que relatan la existencia de las Aguas Termales como un fluido de aguas calientes o río subterráneo. En 1789, el vecino don Juan Antonio Díaz tuvo la iniciativa de construir con sus propios recursos dos habitaciones privadas para el uso de estas aguas y que el producto de su alquiler se utilizara en el culto al Santísimo Sacramento.

Resulta interesante saber que fue en el año de 1848, cuando se realizan las excavaciones para hacer un pozo con las aguas termales de San Cristóbal. Quien ordenó este trabajo fue el Prefecto Juan Salaverry. En aquel entonces las aguas eran mas calientes y solía verse un vapor fuerte en las mañanas.

Piscina de Huancavelica en 1943.

Posteriormente se construyó una poza en 1860 cuando era Prefecto el Coronel Juan Bustamante y era Alcalde don Domingo Orbezúa.

En 1928, el Dr. Darío Gonzales practicó un análisis de las aguas con el siguiente resultado: Pozo de aspecto Cristalino, olor Amoniacal, Incoloro, Putrescible; sedimento nulo; ligeramente alcalino; con residuo fijo de 1.750 gr; perdida al rojo sombra de 0.475grs.; 0.080 de sílice expresada en SIO; albúmina expresada en A1203; Hierro expresado de Fe 03; Cal expresado en CaO 0.151; Magnesio expresado en MgO, 0.022; Cloruros expresados en CI 0,198; Sulfatos expresados en So3, 0.340 apreciándola como agua sulfurosa y calcárea.

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