¡A la mujer huancavelicana!
VERSOS VIEJOS
Poesía escrita en 1895 por el profesor de la Victoria de Ayacucho, don Antonio L. Merino Lozano, hermano de mi bisabuela Carmen, quien describe a la joven mujer huancavelicana de entonces.
Frente que su noble alma traslucía
Dulcísimos sus ojos:
Puros y delicados los perfiles
De su divino rostro;
Risueña, loca: labios encarnados
Y su cabello undoso,
Mucho más negro y mucho más brillante
Que el plumaje del tordo;
Pequeñita de cuerpo y contorneados
Su garganta y sus hombros;
Virginal de expresión indefinible
Su calor, caprichoso,
Cual por la luz bañada de la luna
De tintes de coral, de perlas y ópalo;
Tal mujer que junto a mi cosía,
Mientras yo silencioso,
Escribiendo mis versos trabajaba,
En humilde rincón, pero dichoso.
La pluma en el papel, meditabundo
En una idea absorto,
¡Olvidado de mí, olvidado de ella!
Cuantas veces de pronto,
Enlazados sus brazos a mi cuello
Y su rostro en mi rostro.
¿Hasta cuando trabajas? Me decía
¿Son para mí esos versos, o los rompo?
Y la pluma cayendo de mi mano,
Reteniendo su talle cariñoso,
Feliz, alegre, loco, la estrechaba por única respuesta,
Besándola en los ojos.