1650 Comercio colonial

Lo que se hereda no se hurta….para pensar y reír desde la Colonia

Le echamos la culpa al frío gélido en Huancavelica o a la cultura alcohólica heredada de la colonia, pero lo cierto es que nos viene de antaño el consumo de licor.
Corría el año de 1650, con algo así, no mayor de medio centenar de habitantes pudientes en la Villa Rica de Oropesa y los arrieros, también llamados «Traxineros» ingresaron en sus recuas 3,774 botijas de vino de Ica, añadiéndose 450 botijas de vino de Guayaquil. La venta de vino y aguardiente, rubros muy importantes se comercializaban por los bodegueros y los pulperos. los primeros en gran escala en la distribución de 100 a 300 botijas y los segundos, al menudeo, de una a diez botijas. ¡Salud!.

Publicado por: Federico Salas Guevara.

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