Una Historia para Acoria y Huancavelica. Zubizarreta De Amorin , Maria Rita

MARIA RITA ZUBIZARRETA DE AMORIN

Es tal vez la dama de mayor caudal que residió en la “Villa Rica de Oropesa” y de una historia digna de una novela, que por ahí, me atrevería a escribir en algún momento. Nació en cuna rica, hija de don Francisco Zubizarreta y Ibarluzea y de doña Beatriz de Amorín, vecinos notables de la Villa y contrajo primeras nupcias con don Pedro de San Martín y Vadillo, natural de Portugalete, en el Señorío de Vizcaya, quien era Síndico y benefactor del convento de los Franciscanos, donde erigió la capilla de la Concepción. Con él tuvo su único hijo: Pedro de San Martin y Zubizarreta, quien en el tiempo abrazaría las sotanas.
En esta nota hablaremos del primer esposo, quien era muy religioso y comprometido con la Iglesia, quien por 1740 se vio obligado a viajar a Acoria por una enfermedad que lo acosaba y lo tenía convaleciente. A los pocos días de su arribo, don Pedro salió de paseo por los alrededores encontrando en su trayecto la imagen del Cristo Crucificado -cuya tradición se remonta a los años de 1650 – en el más deplorable estado de abandono. Esta imagen se presentó en una piedra con una claridad y forma tal, que hicieron inconfundible la figura de Jesucristo en sus últimos momentos de agonía en la cruz. Guiado por su enorme Fe, prometió erigirle un templo y con la compañía de su esposa, doña María Rita, se pusieron a trabajar de inmediato en la obra. La población lugareña de Acoria se llenó de júbilo por la iniciativa y con espíritu cristiano colaboraron poniendo su esfuerzo, cavando, labrando y modelando la roca para instalarla adecuadamente en el templo. Don Pedro estaba ya muy enfermo y murió al poco tiempo, cuando el altar mayor estaba aún en cimientos. Su esposa, respetando los últimos deseos de marido lo enterró junto al altar mayor que se estaba construyendo

Fotos, Iglesias de Acoria, son parte importante de esta historia.

MARIA RITA ZUBIZARRETA DE AMORIN

Se casó María Rita por segunda vez con don Gaspar Alexo de Mediolaza, la fortuna más grande que existía en la Villa Rica de Oropesa, allá por 1736. Era él, propietario de la casona que colindaba en las esquinas de Plateros y Santo Domingo y dueño de la Hacienda Mantacra en Pampas, Tayacaja. Esta fortuna provenía de los “Asientos” (Contratos) para el transporte de Azogue. 
Entusiasmado por su esposa, cuanta la tradición oral, que don Gaspar asumió como suyo el reto de la construcción de la Iglesia, tanto así, que durante su estancia en Acoria, el mismo salía todas las mañanas a cortar el sillar en la cantera, lo que entusiasmaba a la población, quienes lo acompañaban en estas labores. Esta construcción fue dirigida por Pedro Navarro, lego del Convento de Ocopa, contratado especialmente por don Gaspar. Nueve años duró la construcción. Don Gaspar, a instancias de su esposa María Rita, fue también administrador de los bienes y finanzas del Convento de San Francisco en calidad de Síndico.

María Rita Zubizarreta era un mujer muy inteligente y a pesar que en aquellas épocas la posición femenina no tenía muchas prerrogativas, pudo a través de sus no menos inteligentes esposos, incrementar considerablemente su fortuna. Es así como también orientó y logró que en 1753, los lugareños, agradecidos con don Gaspar Alexo de Mendiolaza, le donaran perpetuamente las tierras que adquirieron a título de “composición” con el Rey de España, siendo estas: Huanaspampa, Huayllaccoto, Silva, Ocopa, entre otras. Para esta donación, María Rita se encargó que contara con la licencia del Gobernador de Huancavelica, don Gaspar de la Cerda y Leiva, con quien desde su llegada en 1748, habían establecido amistad.

Extractos de libro Historia de Huancavelica Autor Federico Salas Guevara Schultz.

Foto: actual casona colonial en Huancavelica. Alli residieron varios gobernadores durante la colonia. Ya en época republicana,fue de propiedad de don Apolinario Zúñiga, heredada por don Felipe B. Zuñiga y los hijos de este, me vendieron la propiedad a mi. La casona es ocupada actualmente por la ONG DESCO.

MARIA RITA ZUBIZARRETA DE AMORIN

El 29 de Mayo de 1756, el esposo de María Rita firma el “Asiento” para el transporte de Azogue renovándolo por 10 años. Contaba don Gaspar Alexo de Mendiolaza con 40 piaras (cada piara tenía 400 mulas) más trescientas mulas de reposición. Al año siguiente 1757, llega a Huancavelica el nuevo gobernador, don Antonio de Ulloa, quien hace amistad inmediatamente con don Gaspar y su esposa Maria Rita, de quien referiría en sus documentos que eran las personas más rectas y honradas que moraban en la Villa Rica de Oropesa.
En estos días, se ejecutaba la obra de la Iglesia de San Francisco, de la cual era guardián fray Pedro de San Martín y Zubizarreta, único hijo de doña María Rita, quien según ella, había sido premiada por los votos franciscanos que su hijo eligió. Esta Iglesia terminaría de reconstruirse en 1774 después que el terremoto de 1746 la dejara seriamente dañada echando abajo una de sus torres.
Para 1780, ya había fallecido el segundo esposo de doña María Rita, ella hábilmente había atendido los asuntos financieros de su finado esposo, don Gaspar, gracias a un poder entregado a favor de don Luis Caro para que se encargara de los trajines del transporte de Azogue. Ella ya viuda, desahogaría su devoción al Señor de Acoria, llenando su templo de encantos virreinales en oro y en plata. En Marzo de 1786, a la edad de 76 años falleció doña María Rita Zubizarreta, enterrándose sus restos en el templo de San Francisco, obra prácticamente suya, como lo fue también el templo de Acoria. Por encargo de ella, sus bienes pasaron a los franciscanos, su hijo Pedro se hizo cargo de la Doctrina de Acoria, cuidando y embelleciendo el Santuario hasta 1799, cinco años después de que Monseñor Fabro Palacios, Obispo de Huamanga, pontificara el Santuario.
Estos años, estas vidas recogidas parcialmente del libro “Historia de Huancavelica”, de la cual soy autor, son probablemente las décadas más intensamente reseñadas en varias publicaciones, que merecen la construcción literaria de una novela histórica.
Federico Salas Guevara


Foto del Señor de Acoria: Mauro Serrano García

Un comentario

Deja un comentario