1628 ÁRBOL DE LA QUINA EN EL ESCUDO PERUANO

El uso del Árbol de la Quina en el Escudo Peruano

Fue Virrey del Perú de 1628 a 1639, Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, Conde de Chinchón y cuenta la historia que al poco tiempo de su llegada, su esposa, doña Francisca Henríquez de Ribera fue atacada por fuertes fiebres. Su situación se hacía cada día más angustiosa, hasta que en una tarde, un indio se apersonó a la casa del virrey portando un paquetito para la Condesa. Ante la sorpresa general, el citado regalo contenía la corteza en polvo de un árbol nativo peruano llamado Quinaquina. Este era el remedio utilizado por los indios para curar las fiebres. Consultados los médicos, se encogieron de hombros y el virrey en su desesperación y ante la inminente pérdida de su esposa, aceptó que ella tomara el medicamento natural ofrecido.
Los resultados no pudieron ser mejores y al poco tiempo la fiebre desapareció por completo.


Maravillada la Condesa de los efectos de la droga, se dedicó a distribuirla entre los enfermos de terciaria, tanto en el Perú, como en Europa a su retorno, transfiriendo finalmente esta tarea humanitaria a los Jesuitas. En esos tiempos, la corteza de quina en polvo se conocía por los nombres de “Polvo de la Condesa” o la “Planta Chinchona”. Si bien hoy en día, el árbol está en extinción, abundaba en Huancavelica, en la Provincia de Tayacaja, distrito de Huachocolpa. Podía encontrarse el árbol en ambas vertientes de la Cordillera de los Andes entre los 1000 y 3150 metros sobre el nivel del mar.
Fue un adelanto científico en el campo de la medicina para vencer la Malaria, cuya epidemia se desplazaba irremediablemente en el planeta y obtuvo tanta importancia que nuestros antecesores decidieron colocar la imagen del Árbol de la Quina, en nuestro escudo nacional.
Extracto del libro “Historia de Huancavelica” tomo I, autor Federico Salas Guevara.

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