EL MUQUI

EL MUQUI

Un personaje de las tinieblas, una divinidad de las minas sobre quien los mineros de Huancavelica, tuvieron mucho respeto y creyeron testarudamente. Es un demonio duende que se presenta en extrañas figuras y que tiene el poder de dañar a los que labran las entrañas de un socavón. Es pequeño, de figura humana, barbudo y ojos rojos intensos que brillan en la oscuridad. De gran apetito sexual, por ello las mujeres no pueden entrar a una mina. Puede ser generoso y enseñar donde están las vetas de mineral o maligno cuando arroja a los trabajadores fuera de una mina, causa accidentes o los mata. Cuando se aparece, ofrece el mineral, el camino a la veta, a cambio de ofrendas. Hay que cumplir el trato con él porque con el “Muqui” no se puede jugar. Durante la Colonia, los mineros llegaron a poner imágenes representándolo en sus casas, tallaron piedras en su honor. Al costado de la Iglesia de San Sebastián, erróneamente llamada, Casa del Sol, se le encuentra, así como en la calle Virrey Toledo, en la antigüedad llamada Calle Real, donde equivocadamente también se le llama, Casa de la Máscara, o en los monolitos de piedra como el de la esquina de San Sebastián. Más aún, desafiando la religión, se le encuentra en la portada de la Iglesia de Santo Domingo. Muchas portadas coloniales se han echado abajo y con ellas los tributos labrados que tenían a este personaje. Tal vez el crimen histórico más grande de muchas autoridades municipales fue el de no impedir la destrucción del patrimonio monumental de Huancavelica por un mal llamado modernismo.

Extracto resumido del libro Historia de Huancavelica, Tomo I Autor: Federico Salas Guevara.

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